Desarrollo intelectual durante la infancia.


Gran parte del progreso intelectual que se produce en los primeros años puede verse como el proceso por el que el niño llega a categorizar las cosas en función de las semejanzas y diferencias percibidas.
Este logro es de suma importancia, ya que atañe una de las principales funciones que se atribuyen a los conceptos y su desarrollo.  
                   


En torno a los dos años, el niño ya es muy hábil manejando objetos, se desplaza sin problemas por el entorno familiar, sabe responder en múltiples juegos, y  como actuar para alcanzar lo que desea. Es en esta edad donde se hace participe la imitación y la importancia de imágenes mentales, dónde intenta interpretar lo que se le enseña o simplemente tiene un indicio de lo que hará. Como por ejemplo en el periodo sensoriomotor "con la sola vista del biberón deja de llorar anticipando que su hambre se verá saciada".



En el razonamiento pre-lógico los esquemas de pensamiento del niño son pre-conceptuales, significa que no ha adquirido todavía una lógica de clases generales. Del mismo modo estará condicionada la lógica de relaciones: no comprende todavía la transitividad de ciertas propiedades de carácter cuantitativo, como el tamaño o la altura. Sin embargo, es que durante la segunda parte del periodo preoperatorio, el niño va desarrollando una lógica por lo que accede a una mayor generalidad, aunque con limitaciones. Su pensamiento comienza a referirse a configuraciones representativas más extensas que el caso particular. Llega un momento, sin embargo, en que se produce una ruptura y la situación se invierte: se empiezan a captar los procesos de transformación, y los estados pasan a ser simples elementos de las transformaciones que los conectan entre sí; la imagen empieza a estar subordinada a las operaciones: las acciones meramente reproducidas en el pensamiento intuitivo, ahora se interiorizan, permitiendo su movilidad y reversibilidad. Es decir, a partir de este momento el niño no sólo será capaz de anticipar en su pensamiento el resultado de las acciones sin realizarlas de hecho, sino que también podrá anularlas mentalmente. A este respecto se ha insistido en la idea de que en este periodo los progresos del niño están mediados por el desarrollo de su capacidad de procesamiento. 

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